LA MÁQUINA DE ESCRIBIR
La noche se nos echaba encima y aún no se divisaba ninguna luz, la humedad nos estaba empapando las botas y el frío hacía castañetear nuestros dientes. Empezábamos a estar hartos de esa maldita excursión. 
El aire agitaba las hojas de los árboles y de fondo se escuchaban los aullidos de los lobos, de repente, un crujido hizo que nos sobrecogiéramos aún más, empecé a mirar a todos lados y ¡zas¡ algo me golpeó el hombro. Estaba claro, había alguien más allí.
Comenzamos a buscar el origen del ruido. Oímos pasos; cada vez estaban más cerca. Nos entró mucho miedo y decidimos buscar ayuda. Llegamos a una casa abandonada y allí nos recibió un personaje muy extraño…. 
Al fondo había un bosque oscuro e hizo que el tiempo nos detuviera el paso. Comenzaron a sonar ruidos del interior del bosque, intentamos rodear el bosque. Cuando miramos hacia atrás nos dimos cuenta que quedaba lejos el hotel y parte del grupo quería volver pero había que pasar de nuevo por el bosque. A medida que avanzábamos los ruidos eran cada vez más fuertes y entre los árboles apareció un grupo de murciélagos; las ganas de volver al hotel aumentaban, pero parte del grupo quería seguir adelante.
CONTINUARÁ….

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