LITERATURA DE TERROR

 

CASAS ENCANTADAS


Dentro de nuestro recorrido lector, no podíamos dejar a un lado  la literatura de terror, puesto que resulta una herramienta fundamental que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. Nos preguntamos en clase ¿para qué sirve el terror?

Pues permite a la sociedad dar forma a lo inexplicable, a lo reprimido o a lo que sobrepasa emocionalmente. De esta manera, el terror en la ficción actúa como un reflejo de las ansiedades colectivas y personales, ofreciendo una vía para explorar miedos que no siempre se expresan abiertamente en la vida cotidiana.

Nosotros nos sentimos fascinados por este tipo de literatura porque nutre la curiosidad humana y muchas de las historias que se relatan en estos libros, buscan respuestas a preguntas profundas sobre la muerte, lo desconocido y lo que está más allá de la comprensión de uno mismo.

Además, el género de terror permite explorar estos temas desde una distancia segura. Afortunadamente, sabemos que en el recorrido que llevamos a cabo, estamos a salvo, con las manos sujetando el libro y los corazones en un puño.

Algunas de nuestras alumnas y alumnos han investigado sobre las casas encantadas y hemos visto algunos ejemplos en la literatura.

Os dejamos aquí algunas muestras de nuestra inmersión en este subgénero:











Tras realizar lecturas de algunos textos, el principio de La maldición de Hill House, nos dejó estupefactos:

“Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo por mucho tiempo en condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y los saltamontes, según dicen algunos, sueñan. Hill House, insana, se alzaba solitaria contra sus colinas, conteniendo la oscuridad interior; estaba allí desde hacía ochenta años y podía estar ochenta más. dentro, las paredes seguían de pie, con los ladrillos dispuestos en orden, los suelos eran firmes y las puertas estaban prudentemente cerradas; el silencio yacía agazapado en la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que rondaba por allí, lo hacía a solas”.

 

Inspirados por las casas que más les sobrecogían, nuestras lectoras y lectores elaboraron unas maquetas terroríficas. Mirad el resultado:














También investigaron sobre la literatura de licántropos. Ahora contamos con la cabeza de un hombre lobo acechando nuestros pasos en la biblioteca.






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