LA SOCIEDAD VA A DARLE UNA PALIZA (DERECHOS HUMANOS)


A menudo escuchamos hablar en los medios de comunicación sobre violencia de género y muchas veces pensamos en un “problema de mujeres”. Pero no. Es un problema de todos. Porque a partir de ese momento, ¿qué crees que pasará con su casa, su familia, sus hijos, su autoestima…? Porque tú, ¿qué crees que se debe hacer?
Es lamentable que las estadísticas indiquen que más del 70% de las mujeres han sufrido o sufrirán violencia de género a lo largo de su vida. Esta lacra no tiene razones. Siempre que se maltrata a una mujer, esto deja una huella imborrable en vida y en la de las personas que están a su alrededor. Padres, hermanos, hijos… todos ellos sufren en silencio pero nadie se acuerda. Un niño que viva en una casa en la que la violencia de género es el día a día no puede ser feliz. Seguramente, tenga miedo, mucho, al igual que tendría yo en su lugar. Seguramente piense que hoy le toca a su madre pero mañana le puede tocar a él.
Esto no es un problema de mujeres. Es una causa social. Es responsabilidad de todos acabar con ello: ciudadanos de a pie, justicia, autoridades… ¿de verdad lo estamos haciendo bien? El ejemplo tiene que empezar en casa. Los hijos deben ver en sus padres personas corresponsables que participen en las tareas domésticas a partes iguales. Un hogar donde no haya “cosas de niños” ni “cosas de niñas”, sino que todo sea tarea de todos. Miles de veces he escuchado la frase “Vaya mundo estamos dejando a nuestros hijos” pero, ¿qué hijos estamos dejando en este mundo? Educar en igualdad es muy importante si queremos erradicar esta lacra.
En demasiadas ocasiones la justicia es muy tolerante y se basa en unas leyes que, llevadas a la práctica no son efectivas. Algo estamos haciendo mal si mujeres que tienen una orden de alejamiento de su expareja, vuelven a ser maltratadas, si no se atreven a denunciar o si una vez dado el paso, quieren retirar la denuncia. ¡Esto no puede seguir así! Se necesita una justicia real y eficaz que encuentre soluciones ante esta triste causa.
Las autoridades no deberían quedarse de brazos cruzados sino que deberían ayudar a las víctimas mediante servicios sociales para que puedan rehacer su vida y la de sus hijos, poniendo a su disposición ayuda psicológica y económica, ofertas de empleo, viviendas, colegios para sus hijos… Si algo no es justo es que haya dinero para poner alumbrado navideño en todo el país pero el Estado no tenga recursos suficientes este tipo de causas. Personalmente, me parece vergonzoso.
Como mujer, no me imagino viviendo en una familia donde el padre fuera un maltratador o salir un sábado de fiesta con miedo a que me pueda encontrar un hombre por la calle y me pegue una paliza. Pero sé que esto existe y que desgraciadamente es la realidad de algunas mujeres que no viven tan lejos de mí. Espero algún día poder contarles a mis hijos que esto ocurrió en el pasado y que ellos y especialmente ellas puedan sentirse libres y seguras.
En mi opinión, cada persona debería poner su granito de arena para conseguir unas leyes más justas porque estoy segura que siendo una sociedad mucho más concienciada desde pequeños seremos capaces de ayudar a las víctimas y al final acabaremos erradicando esta lacra contra la vida.
Eva Galindo Migueláñez - 4ºESO-C


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